Últimamente he estado analizando el título que muchas personas de mi ciudad ostentan con tanto orgullo “Líder social”. ¿Qué clase de líder soy yo?
Definiciones
Me di a la tarea de investigar en internet las diferentes definiciones de la palabra líder y entre ellas se encuentran:
“El líder es aquella persona capaz de influir en los demás”, “es la persona que lleva la voz cantante dentro del grupo”, “su opinión es la más valorada”.
Y otro más, “Para ser líder hay que tener unas cualidades personales muy sobresalientes que no todo el mundo posee”.
Incógnita
Ahora bien, o todas las personas de la ciudad que realizan un trabajo social tienen cualidades especiales sobresalientes o no saben que es ser un líder.
Lo digo, porque según entiendo la voz de un líder es la más valorada, entonces cuando hay una reunión donde todos son líderes comunitarios, ¿Cuál es la voz más escuchada? ¿A quién seguimos? ¿Quién lidera?
Falsos líderes
Este problema es preocupante porque desde hace mucho tiempo, han ido apareciendo “falsos líderes” en la ciudad, que el único objetivo que tienen son sus metas personales.
Dándole rienda suelta a su ego, pues hay muchas personas a las que no les importa “lo que son” sino “cómo se ven”.
Por esta razón es que en nuestra ciudad, cada vez más personas se lanzan a participar en esa carrera de las apariencias, dejando el interés colectivo de lado.
¿Qué clase de líder soy yo?
¿Y la comunidad?
Las necesidades de la comunidad, las dejan para después y de esta forma, pierden el norte y terminar haciendo lo que siempre han criticado.
Es claro que todos, sin excepción, tenemos intereses personales, pero no podemos disfrazar los nuestros, con los de la comunidad.
Competir
En este afán de competir y sobresalir, muchas veces terminan cegados por la envidia y atacan procesos que le hacen bien a muchos, porque éstos son liderados por personas no quieren.
O al contrario, atacan a las personas porque el proceso no funciona y peor aún, se sientan con el político de turno que sólo los busca en la coyuntura electoral, a negocia los votos de la comunidad que “representan”.
Oídos alerta
Por eso tenemos que tener nuestros ojos y oídos alertas, porque si bien hay que abrirle espacio a los nuevos liderazgos, también hay que cerrarlos a los falsos profetas.
No estoy generalizando, porque también he conocido muchos líderes, que son personas confiables, que generan cambios y que inciden positivamente.
Pero, no se puede negar que hay algunos que creen que ser líder comunitario es una profesión y no una convicción, por eso, para ellos, la recompensa de su trabajo es el dinero y no el bien común.