¿que es el filicidio?
En Colombia, la atención hacia los niños parece limitarse a situaciones extremas: cuando son víctimas de violencia, maltrato o abuso sexual. Fuera de estos contextos, la indiferencia de los concejales, alcaldes, gobernadores y el poder político nacional es alarmante. Los niños, considerados el eslabón más débil de la sociedad, carecen de la protección necesaria para vivir dignamente, una falla significativa del Estado.
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Cuando un niño sufre, los políticos rápidamente manipulan la tragedia a su favor, emitiendo llamados vacíos y prometiendo condenas perpetuas que, en última instancia, son promesas inconstitucionales. Los niños se convierten en víctimas colaterales de un sistema donde los intereses de los políticos, sicópatas y homicidas prevalecen. En este contexto, el esclarecimiento y la protección de los menores deberían ser prioridades indiscutibles.
Regresando a la esencia del problema, es imperativo cuestionar la ausencia de profesionales sociales capacitados para analizar la conducta de individuos mentalmente inestables por no decir enfermos que, de manera predecible, maltratan a sus parejas y pueden llegar a extinguir la vida de sus propios hijos. ¿Dónde están esos expertos cuando ocurre un filicidio? ¿No hubo indicios previos, señales de alarma que deberían haber alertado a las autoridades sobre la peligrosidad del agresor? ¿Amenazas, comentarios o insinuaciones que podrían haberse convertido en un llamado a la acción?
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Abordar el filicidio como manifestación de la violencia vicaria, desde una perspectiva sociojurídica implica no solo castigar al perpetrador, sino también prevenir estos actos atroces mediante la identificación temprana de señales de riesgo. Los controles más estrictos y la intervención oportuna de profesionales especializados son esenciales para salvaguardar la vida de los niños, quienes merecen vivir en un entorno seguro y protegido. La sociedad y las autoridades tienen la responsabilidad compartida de enfrentar esta problemática desde sus raíces, promoviendo un cambio cultural y legal que ponga fin a la tragedia silenciosa que afecta a los niños colombianos.