Recientemente, varias familias le dijeron adiós a fogones tradicionales en Nariño, con la entrega de 75 estufas a gas.
Por lo menos 75 estufas eficientes a familias de las diferentes veredas del municipio, las cuales disminuyen gases efecto invernadero generados por la cocción de alimentos en fogones tradicionales y son socialmente sostenibles.
Participación Comunitaria
Cabe aclarar, que estos recursos fueron ejecutados por la Administración Municipal y CORNARE, sin ningún costo por parte de los beneficiarios.
Las personas fueron escogidas por las Juntas de Acción Comunal, donde se fortalece la metodología de participación comunitaria.
Conversión
Es importante resaltar que la conversión de fogones de leña en estufas eficiente es una iniciativa que está transformando la vida de muchos hogares en el mundo.
Ya que su uso tradicional provoca humo de la leña, que tiene más de 100 componentes. Entre químicos, gases y partículas, que pueden fijarse o impregnar las vías respiratorias y causar irritación o inflamación.
De allí, que mientras más pequeñas sean las partículas, más se infiltran en el aparato respiratorio, por esta razón, si esta exposición es constante.
Adiós a fogones tradicionales en Nariño
Agentes contaminantes
Como en el caso de las mujeres campesinas que pasan muchísimas horas frente a un fogón. Es más nociva su consecuencia. Además, muchas madres mantienen a sus hijos junto a ellas todo el día en la cocina, exponiéndolos a estos agentes contaminantes.
Por esta razón, la intención principal de la entrega de estas estufas eficientes, es mejorar la calidad de vida de los campesinos que cocinan sus alimentos a diario con fogones de leña y contribuir a la lucha contra el cambio climático, al reducir las emisiones de gases que se dan por combustión.
Emisión de gases
Es importante entender que el uso de leña para cocinar representa el dos por ciento de emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo. Una tercera parte de la población mundial usa leña en sus hogares.
Por ejemplo, en Colombia la cifra es de 1,6 millones de casas rurales y para cocinar 6,4 millones de personas dependen de ese material vegetal.
El preocupante dato que impulsa este tipo de acciones administrativas y cambios culturales necesarios, es que según la Organización Mundial de la Salud, cuatro millones de personas mueren al año a causa del humo de sus cocinas.