La noche del fatídico lunes 7 de agosto, el destino trágico cruzó los caminos de Juan David Sarrazola Guzmán, de apenas 29 años, y su asesino despiadado. Caminando juntos por la acera de la avenida 80 con calle 60, cerca del ingreso al barrio El Pesebre, la vida de Sarrazola Guzmán se vio brutalmente arrebatada en un acto de violencia inhumana.
Lea también:Terror en la Comuna 10: A pesar de la disminución del 14%, los homicidios siguen azotando Medellín
La oscuridad de la noche se vio manchada por la sangre cuando, alrededor de la una de la madrugada del martes 8 de agosto, el cadáver ensangrentado de Juan David fue hallado bajo el puente de la calle 64. Un charco de sangre sombrío rodeaba su cuerpo, que presentaba más de 30 heridas crueles infligidas por un arma cortopunzante.
Lea más sobre: Trágico y sangriento homicidio sacude San Antonio de Prado
Un macabro conocido del occiso llevó la noticia del asesinato a la puerta de su familia. El horror se propagó cuando les comunicó que Sarrazola Guzmán yacía en una zona verde dentro del retiro de la quebrada La Iguaná.
La inspección técnica al cadáver fue ejecutada por el personal del CTI al sombrío reloj de la 1:49 a.m., y el cuerpo fue trasladado a los confines de la Medicina Legal.
Otras noticias que podría disfrutar: Ray Restrepo se lanza al concejo de Medellín
El barrio Robledo, en la comuna 7 de Medellín, se convierte así en el telón de fondo de este perturbador acto. Un sombrío recuento revela que, en lo que va del año 2023, 13 almas han sido arrebatadas en esta comuna. Medellín, por su parte, carga con un peso insostenible: la cifra de homicidios se eleva a 219 en este año, una estadística desgarradora que atestigua la oscura realidad que enfrenta la ciudad.
Cortesía: Análisis Urbano