Existen muchos lugares en nuestra ciudad que se dedican a brindar ayuda a las personas vulneradas, este es el caso del Centro de Atención a Víctimas (CAV) de Caunces de Oriente, a la entrada del Corregimiento de Santa Elena. La esperanza de retornar al campo.
Este espacio brinda a las víctimas del conflicto armado atención y orientación sobre cómo acceder a los servicios a los que tienen derecho, información y ayuda humanitaria, además de ser un espacio de recepción de documentación, para las personas que viven en la ruralidad.
El equipo de Antioquia Crítica visitó este centro para indagar acerca de la atención que se presta desde él, y a pesar de que la mayoría de historias y problemáticas que se encuentran son muy tristes, es alentador ver como un equipo de profesionales está a disposición de los ciudadanos más vulnerables.
Rosa Elena
En nuestro recorrido nos encontramos a “Rosa Elena”, una mujer campesina de unos 58 años aproximadamente, oriunda de Segovia-Antioquia. Ella se encontraba en el centro porque estaba buscando ayuda para realizar el proceso de retorno y reubicación a su hogar.
Rosa lleva más de ocho años en Medellín y su arribo a la ciudad se debe al desplazamiento del cual fue víctima ella y su familia integrada por dos hijos, su padre y su madre.
Violencia
Para nadie es un secreto que el municipio de Segovia ha sido uno de los territorios golpeados por la violencia física, económica y política operada por los actores del conflicto armado colombiano.
A Rosa le ha tocado enfrentar la violencia desde que era muy pequeña, y es así, como fue testigo de la masacre de los militantes de la Unión Patriótica por el grupo paramilitar Muerte a Revolucionarios del Nordeste, el 11 de noviembre de 1988.
La esperanza de retornar al campo
En las décadas siguientes, la mayoría de grupos armados hicieron presencia en este territorio. “A uno le toca vivir pensando en que en cualquier momento va a pasar algo, es imposible estar tranquilo, si no son los unos, son los otros”, Rosa.
Y aunque su familia ha estado presente durante tantos enfrentamientos, desde el 2013 se volvió imposible permanecer en su tierra por cuenta del enfrentamiento y la disputa a sangre y fuego de los Rastrojos con los Urabeños. (Bandas criminales presentes en el territorio).
Volver
Rosa y su familia han analizado la idea de volver a su tierra desde el año pasado, “Para nosotros ha sido muy difícil estar lejos de nuestra tierra, somos personas de campo, queremos cuidar nuestros animalitos y seguir cultivando la tierra, una familia como la mía no se ubica tan fácil en la ciudad”.
Por esta razón, Rosa ha estado haciendo las diligencias pertinentes y solicitando la ayuda necesaria para volver a Segovia. “Mis papás quieren terminar sus vidas juntos y en el campo”.
Acompañamiento
En el CAV, familias como la de Rosa pueden encontrar el acompañamiento necesario para su retorno, pues el Equipo de Atención a Víctimas de la Secretaría de la No-Violencia brinda la atención a aquellas familias que deseen reubicarse.
El compromiso del Estado es contribuir para que esta familia supere esta situación de vulnerabilidad y que sus derechos prioritarios, como la atención básica en salud, educación, alimentación, identificación, reunificación familiar, orientación ocupacional, vivienda y atención psicosocial, sean atendidos.
“Yo le doy infinitas gracias a Dios por lo que están haciendo estos profesionales por mi familia, nosotros no queremos seguir sintiéndonos rechazados en nuestra propia tierra, deberíamos tener el derecho de vivir donde queramos”. Afirma Rosa.
El compromiso de todos es acabar con la terrible violencia que ha dominado las zonas rurales de nuestro departamento y eliminar paso a paso, los obstáculos para la paz en nuestro territorio.