Algo que no han sabido interpretar los políticos en carrera sobre lo que está en juego en Girardota, es que este municipio no se arrodilla ante nadie. Realmente el argumento insípido de que nadie puede tener apoyos por fuera del municipio, porque dichos apoyos, se convertirán posteriormente, en el verdadero poder detrás del trono es realmente risible, pues Girardota es un pueblo rebelde que no se ha dejado dominar por ningún político externo como creen muchos. Girardota es de sus habitantes y si de casualidad algún incauto quiere regalar el pueblo, muchos nos uniremos para impedirlo. Punto.
Tres alcaldías, contando la de Vladimir (su hijo político) son bastantes batallas ganadas
¿Qué está en juego en Girardota?
En estas elecciones se han mostrado caras nuevas en la política local que se han ganado un lugar con su trabajo; también se ha visto como han emergido asesores políticos como Ricardo Cano, quien además de ser Productor Audiovisual, ha demostrado ser un hombre estratégico asesorando alrededor de 10 campañas en el departamento de Antioquia.
En la actualidad la campaña para la alcaldía se ha concentrado en dos actores que van cabeza a cabeza, Diego Agudelo y Fernando Ortiz. Está en juego un modelo de gobierno conocido por los habitantes del municipio quienes ya saben cómo gobierna y para quienes gobierna Fernando Ortiz y un cambio de gobierno en la figura de Diego Agudelo quien es el único en este momento, que tiene la capacidad de disputarle de tú a tú la alcaldía, a Fernando Ortiz. El 27 de octubre los ciudadanos del municipio decidirán si premian y aprueban las anteriores alcaldías de Ortiz o si, por el contrario, votan por Diego Agudelo, candidato con la fuerza necesaria para ganarle la contienda a este candidato y empezar un relevo de liderazgos más jóvenes y técnicos.
En este orden de ideas, es preciso decir que, si Fernando Ortiz gana la alcaldía estaría demostrando que es un político infalible y que podrá seguir gobernando el municipio por muchos años más, pero si pierde será el inicio de su declive político y con ello se daría inicio a, “el fin de una era, la era de Fernando Ortiz”