Mientras continúa la pandemia, siguen los desplazamientos, luchas entre fuerza pública y grupos criminales (quienes reclutan jóvenes) y el inconformismo de la juventud reflejado en manifestaciones multitudinarias en las ciudades principales del país, donde estos reclaman ser protagonistas en las acciones políticas de la nación. Sus voces podrán ser escuchadas después de 11 años sin participar en el Consejo Municipal de Juventud.
Así, Bedoya se presenta a estas elecciones en un panorama convulso donde la educación, el emprendimiento y el empleo juvenil son las claves para cambiar el rumbo de una Colombia con pocas oportunidades.
Sin embargo, esto es un reto para Atehortúa quien fue personero en su etapa estudiantil, es egresado en derecho por la Universidad de Medellín, fue docente en dicha universidad y estuvo trabajando mano a mano con el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, hasta hace unas semanas decidiendo dejar su cargo para poder ser candidato. Según este joven entusiasta, es un enamorado de la lectura y su escritor favorito es Gabriel García Márquez, además, practica la natación y disfruta los deportes al aire libre.
¿Por qué decidió renunciar a la alcaldía?
“Hace tres meses cuando supe que se elegiría, después de 11 años, nuevamente el Consejo Municipal de Juventud, tomé una decisión compleja, dejar mi zona de confort y seguir una pasión. A mí me mueve en la vida el deseo de generar transformaciones, de construir, de convertir en realidades los sueños de sociedad que tenemos, porque todos podemos aportar a ese propósito, pero yo quiero hacerlo recorriendo las calles, hablando con los jóvenes y no desde un despacho. Así que teniendo que escoger entre la comodidad y mi pasión por el servicio, escogí lo último”.
¿Cómo pretendería apoyar, impulsar y encarar los problemas de cara a la empleabilidad de los jóvenes?
“Desde el CMJ los jóvenes vamos a proponerle al alcalde de Medellín y al concejo de la ciudad estrategias disruptivas que permitan generar oportunidades de empleo y de emprendimiento para los jóvenes. En mi equipo hemos visto gran potencial en los fondos de inversión que le apuesten a ideas innovadoras y a talentos locales, los países que han logrado niveles de desarrollo exponenciales les han apostado a estas estrategias, si no asumimos riesgos difícilmente vamos a lograr resultados increíbles”.
¿Qué aportarían y cuáles son sus ejemplos para seguir?
“Queremos aportar una visión global de ciudad, Medellín tiene un gran potencial para entrar en mercados mundiales, especialmente en la oferta de servicios, la semana pasada por ejemplo hablaba con mi amigo Daniel Camacho quien se trasladó de Montreal, Canadá, a Medellín y hoy se encuentra estructurando todo un modelo de negocio que va a permitir que los ciudadanos canadienses puedan operarse en el Hospital Pablo Tobón Uribe, estas estrategias son novedosas, son globales y pueden generar un derrame económico sin precedentes en la ciudad, pero para que esto pueda ocurrir debemos tener un ecosistema propicio que pueda aprovechar al máximo estas oportunidades, además, de multiplicarlas y atraer nuevas opciones de negocio y emprendimiento”.
¿Cómo puede contribuir a que el CMJ sea una sede de consulta, orden y ejecución de proyectos de ciudad y no solo un aparato impulsador de proyectos?
“Los candidatos somos voceros de las necesidades de quienes nos eligen, por eso la comunicación con los jóvenes que nos apoyan no puede limitarse a la campaña electoral. Nosotros queremos un CMJ que reciba a los jóvenes de la ciudad, que recorra las comunas, las universidades y colegios, aunque las sesiones del CMJ se realizan en el recinto del Concejo de Medellín, propondremos hacer sesiones con las comunidades. Porque no podemos dejar de generar debates y perder el diálogo con los jóvenes de la ciudad, la agenda joven es vibrante y se construye en la calle”.
¿Cuáles son las dos iniciativas más importantes en su programa?
“Los dos enfoques de la agenda joven que proponemos son: oportunidades y educación. Hablemos primero de la generación de oportunidades. En la ciudad hay una gran cantidad de artistas jóvenes que tienen talento, pero no cuentan con apoyo para avanzar en sus carreras, por eso proponemos la creación de un laboratorio de artistas, que brinde un acompañamiento integral a los artistas de la ciudad, desde un estudio de grabación hasta asesoría en temas de comunicaciones y marketing. Este laboratorio incluiría un fondo de inversión con capital público y privado, que escoja inicialmente los 15 o 20 mejores cantantes jóvenes de la ciudad y que se cree toda una apuesta que impulse sus carreras.
Si uno solo de estos artistas logra despegar el programa sería un éxito y estaríamos rescatando un talento que de otra forma se habría perdido, si uno solo pega en la industria vamos a estar generando riqueza y arrebatándole a la criminalidad jóvenes artistas que van a ser referentes de sus comunidades”.
¿Y sobre la educación?
“En cuanto a la educación como pilar de nuestra propuesta, hemos visto que, en la ciudad y en general en Colombia, no existe un programa permanente que financie el estudio de idiomas en el exterior, existen opciones de becas y créditos condonables para estudiar programas de maestría, pero no se cuenta con opciones institucionales para hacer estas pasantías en idiomas, salvo entonces que se logre el apoyo de la universidad, que se aplique para ser au pair o que la familia pueda financiar estos estudios no hay muchas opciones.
Por eso queremos proponer la creación de un programa que una capital público y privado, al que hemos llamado Medellín Global, que tenga como objeto realizar créditos condonables, y en general cofinanciar estudios de idiomas en países extranjeros, muy especialmente para estudiantes que finalizan el bachillerato o que inician la universidad, este es un momento ideal”.
¿Qué piensa de la ciudad y cómo afecta el bilingüismo en esta era?
“Medellín tiene potencial para convertirse en la capital de la innovación y el emprendimiento no de Colombia sino de América Latina, pero el bilingüismo es un reto enorme que debemos tomarnos en serio como sociedad, debemos generar un ecosistema adecuado que tenga la capacidad de aprovechar las oportunidades empresariales que esta década nos va a traer”.
¿Cómo ejercería control político sobre las acciones que realizan las autoridades?
“El CMJ pretende ser una plataforma que también realice veeduría y control social a los planes de desarrollo y a las políticas públicas de juventud, por eso queremos hacer un ejercicio sistemático de control en el que las autoridades municipales nos rindan cuentas a los jóvenes, nos informen sobre el cumplimiento de estas metas y asuman compromisos puntuales, estamos convencidos de que los jóvenes no somos figuras decorativas sino actores de cambio”.
¿Cuál sería su aporte para que la política elitista de los mismos de siempre cambie y de un giro?
“Los jóvenes, que nos hemos abierto camino en la vida, tenemos la responsabilidad de hacernos un lugar en la política de Medellín. Así como de alzar la voz para que nuevas visiones de ciudad, que por mucho tiempo han dejado de ser escuchadas, puedan encontrar un lugar. La responsabilidad de mi generación es que las siguientes sean más abiertas y pluralistas. Obteniendo por tanto que cada vez más personas de todas las comunas y condiciones sociales puedan tomar parte en las decisiones de ciudad, que sientan como suya Medellín y que tengan una voz”.
¿Cuál es su intención a futuro más allá del CMJ?
“Mi aspiración no es un cargo, yo lo que quiero es hacer realidad las visiones de sociedad que tenemos, yo sueño con una ciudad y un país con desarrollo económico sostenible, donde nos sintamos orgullosos de nuestro potencial, que el mundo nos identifique como un referente de crecimiento, quiero estar allí donde pueda trabajar para hacer realidad ese propósito”.