Sin embargo, para Quintero parece que aquello de ser “el de alguien” no es algo que le parezca digno de ningún candidato que aspire a dirigir los destinos de la ciudad. Medellín es una ciudad compleja, con una violencia estructural, con grupos armados peligrosos y transnacionales, con pobreza y miseria extrema y con un déficit de casi 50mil viviendas. La desidia del actual alcalde hacia la inversión social se evidenció en los escasos recursos para programas sociales y el nuevo alcalde tiene que llegar a hacer lo que FICO no quiso hacer por la ciudad.
El alcalde que llegue tiene que empezar a hacer lo que el actual dejó de hacer, invertir en lo social, niñez, educación en todos los niveles, promoción de los derechos humanos, cultura de la tolerancia y cultura ciudadana entre otros.
