En una democracia es importante los pesos y contra pesos, el control social y político a quien se encuentra en el poder, más que un derecho, debería ser una obligación ciudadana. El control político posibilita que los mandatarios no dilapiden los recursos públicos y frena conatos de corrupción. Pero ¿usar la figura de revocatoria como revancha para subir un alcalde de facto, colocado por el presidente, sí será la solución?
No hay nadie perfecto. En efecto, el alcalde no es perfecto como no lo es quien escribe esta columna y tampoco el que la lee, él es un hombre de carne y hueso, a quien le inauguró su mandato una pandemia, una cosa horrible a la que nadie está preparado para manejar.
¿O acaso usted, amigo lector, sí sabría cómo manejar una pandemia? ¿en dónde hay un manual para que los alcaldes afronten una pandemia de este tipo? en efecto, ni usted ni yo y tampoco el alcalde, estaba preparado para una pandemia que cerraría la ciudad, el comercio y los ingresos para el funcionamiento.
Ni Fajardo, quien gobernó a punta de preguntarle a Google, sabría cómo encontrar en la web la respuesta a la pregunta ¿Qué debe hacer un alcalde en una pandemia? Así pues, en primer lugar, tenemos que admitir que se ha aprendido sobre la marcha, TODOS LOS MANDATARIOS DEL PLANETA LO HAN HECHO y Quintero no es la excepción y ha tomado medidas impopulares que han salvado vidas. ¿y saben qué es una sola vida? una sola vida es algo invaluable. Así que entonces salvando muchas vidas ha hecho mucho.
LA VENGANZA CORPORATIVA
Por otra parte, no le perdonan al alcalde que, en promedio, le haya salvado a cada ciudadano pagar alrededor de 3 millones de pesos por los errores de Hidroituango. Lo que querían aquellos que promueven la revocatoria, es que usted y yo paguemos en las facturas de servicios públicos ese descalabro, es una obviedad, pero, hoy en día, a la clase empresarial les da susto saber que, si cometen errores, ellos tienen que pagar de su bolsillo. Así que con Quintero o hacen las cosas bien o no las hacen, pero ya quedó el precedente de que al ciudadano no se va a cobrar los descalabros de la corrupción. Realmente, parte de esa clase empresarial corrupta está confabulada para revocar al alcalde.
COMPUTADORES PARA NIÑOS Y NIÑAS POBRES
Como mencioné unas líneas más arriba, nadie estaba preparado para una pandemia y menos para el estudio virtual o tele trabajo. El alcalde, junto con el secretario de Participación Ciudadana, le propusieron a la ciudadanía y los CCCP (Consejos Comunales Y Corregimentales de Planeación) que se modificara el Decreto 0697 de 2017 y se creara el Decreto Transitorio 901 de 2020, para tratar problema que no estaban priorizados en los distintos planes de desarrollo local.
Con este decreto transitorio, el alcalde se comprometió a que si la comunidad priorizaba una cantidad de computadores la alcaldía conseguiría su equivalente, es decir, un 1×1. El resultado de esto es que miles de niños, niñas y adolescentes van a tener en sus casas con qué estudiar. Sin embargo, hasta garantizarle los derechos de los niños, les molesta a los de la revocatoria. Y parece ser que algunos miembros de la revocatoria se han pegado de la crítica de presupuesto participativo y su parcial modificación. Además, les molesta que a los jóvenes les den computadores con el argumento: “con esto el alcalde va a tener votos si algún día aspira a otro cargo” y toman como estrategia bloquearlo por todos lados.
Está bien que la revocatoria es un instrumento de participación válido, legítimo y necesario en un estado social de derecho y, sinceramente, quien diga lo contrario, no tiene una actitud realmente democrática. Sin embargo, tumbar alcaldes vía revocatoria sin verdaderos argumentos y pruebas es un error garrafal, porque incitarían a la ciudadanía a que por la fuerza y a las malas les otorguen lo que no ganaron en las urnas, es decir, usurpar una alcaldía que no ganaron cuando pudieron.