La situación en Gaza se ha vuelto aún más crítica debido a la intensificación de las operaciones militares de Israel en el norte de la franja, que ha exacerbado una ya grave crisis alimentaria. La escasez de alimentos y la creciente falta de acceso a suministros básicos han dejado a muchas familias en una lucha diaria por sobrevivir, con el hambre en aumento y el comercio hacia Gaza prácticamente detenido.
Este viernes, al menos tres palestinos, incluidos dos niños y una mujer, murieron aplastados mientras hacían fila fuera de una panadería en el centro de Gaza, según informaron funcionarios de hospitales locales. La tragedia ocurrió en medio de una creciente escasez de alimentos, en una franja donde el pan solía ser una de las pocas opciones alimentarias accesibles.
Osama Abu Al-Laban, el padre de una de las víctimas, relató a CNN que le dio dinero a su hija de 17 años para comprar pan junto a su hermana. Mientras esperaban en la fila de mujeres, su hija fue arrastrada y, según su testimonio, él no la vio nuevamente hasta que la sacaron muerta. «¿A dónde fue? ¿Cómo entró? ¿Cómo salió? No lo sé. Solo la encontré cuando la sacaron muerta. No tengo idea de lo que pasó», dijo Al-Laban entre lágrimas.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó que todas las panaderías en el centro de Gaza han cerrado debido a la grave escasez de suministros, y el pan, que era el único alimento accesible para muchas familias, ahora se ha vuelto casi inalcanzable.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) también ha señalado que los saqueos y ataques a los convoyes de ayuda se están volviendo cada vez más comunes, dificultando la distribución de asistencia vital. La situación en Gaza sigue siendo extremadamente peligrosa y la crisis humanitaria se agudiza cada día.