En medio de la alegría de las fiestas decembrinas, Corantioquia lanza una campaña crucial para proteger a la fauna silvestre de los devastadores efectos de la pólvora. Las explosiones no solo interrumpen la paz de la temporada, sino que representan una verdadera amenaza para miles de especies animales.
Las consecuencias de las detonaciones son devastadoras: desde aves hasta murciélagos y pequeños mamíferos sufren graves impactos. Los colibríes, por ejemplo, pueden morir instantáneamente si una explosión altera su delicado metabolismo. Para los murciélagos, las detonaciones representan un peligro aún más complejo, desorienta su sistema de geolocalización y los expone a riesgos mortales.
Lea también: Precandidatos presidenciales ¿Qué se avecina para el 2026?
Mateo García, biólogo especialista, explica que las aves son particularmente vulnerables. Una explosión fuerte puede provocar un paro cardiorrespiratorio inmediato o desorientarlas hasta el punto de impedir su supervivencia. Los mamíferos pequeños como zarigüeyas, tigrillos y ardillas entran en pánico, arriesgando su vida al huir desesperadamente.
Más allá del sufrimiento animal, la pólvora destruye hábitats enteros. Cada volador o mecha que cae puede incendiar bosques, dejando sin hogar a incontables especies.
La invitación de Corantioquia es clara: celebremos estas fiestas con responsabilidad y amor por la vida. Cada explosivo que evitemos es un acto de protección para nuestra biodiversidad.
Este mensaje no es solo una advertencia, es un llamado a la consciencia. Las tradiciones pueden mantenerse vivas sin causar daño, y la verdadera alegría navideña se mide por nuestra capacidad de cuidar y respetar todas las formas de vida que nos rodean.