Más de 48 horas de miedo llevan los habitantes de Antioquia por el Clan del Golfo. Luego de que se conociera la extradición de alias «Otoniel», este grupo criminal impulsó un paro armado que comenzó en la madrugada del jueves 5 de mayo.
En el corregimiento de Puerto Valdivia, en Valdivia (Antioquia), estos sujetos obligaban a un chofer a atravesar su tractomula, bloqueando la vía de Medellín a la Costa Atlántica, iniciando estas acciones terroristas, que va hasta ahora 100 vehículos quemados, tres personas asesinadas, establecimientos comerciales cerrados, trasporte terrestre cerrado, hostigamiento a la Policía, entre otros.
Asimismo, por las redes sociales y cadenas de WhatsApp el Clan del Golfo enviaron audios amenazantes. Según un comunicado del bloque Central Urabá de ese cartel, cuya autenticidad analizan las autoridades, “todas las actividades sociales, económicas, educativas y culturales quedan suspendidas entre el 5 y el 10 de mayo a las 12 de la noche”.
“Hemos constatado el temor de las comunidades, por cuenta de las amenazas de los grupos armados. En varios municipios las calles permanecen casi vacías, la mayoría del comercio cerrado, actividades escolares suspendidas, empresas de transporte público paralizadas y población confinada en sus viviendas”, comentó el defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
Para este fin de semana de madres, Fenalco calculaba un 25% de aumento en ventas durante una jornada en la que, según una encuesta interna, el 82% de los colombianos festejaría, sin embargo, ahora el panorama es otro.
El general Jorge Vargas, director de la Policía, responsabilizó de estas acciones terroristas a tres herederos de “Otoniel” e integrantes del estado mayor del Clan: Jobanis Ávila (“Chiquito Malo”), Wilmer Giraldo (“Siopas”) y Gonzalo Sánchez (“Gonzalito”). Por los dos primeros, que quedaron al mando del cartel, el Gobierno aumentó la recompensa a $5.000 millones.