Cuántas historias pueden contarse en un bar, cuántos amores han terminado y han comenzado en ellos, cuántas amistades han crecido y cuántas han terminado en una noche de música.
Sentada en un lugar mágico, bohemio, lleno de arte, entrevisté a un hombre romántico, soñador, idealista, una persona que vive al margen del común denominador de la sociedad, alguien a quien no le importa el estatus social, una persona que posee una sensibilidad especial …
¿Quíen es Duber?
Desde que Duber tenía 6 años, está inmerso en un mundo de cantinas, música y arte. Él recuerda con nostalgia como desde muy pequeño, le ayudaba a su padre, quien viene de una familia de cantineros por tradición y era el propietario de una cantina llamada “Las Vegas” a realizar labores sencillas como limpiar las mesas con un dulce abrigo y limpiar las bolas de billar, pero nadie imaginaba que dentro de su cabeza, y sin proponérselo, comenzaban a rondar algunas ideas emprendedoras y novedosas, que más tarde, le darían vida a su propio bar.
También recuerda con emoción las carreras de caballos (a pelo) en las carreteras destapadas de su natal Girardota y define como uno de los momentos más importantes de su niñez, el instante en que llegaban los circos viajeros, él esperaba con ansias, que la carpa se instalara, que los dueños del circo se sentaran en el bar de su padre, para escuchar los relatos mágicos de estos artistas nómadas, extraños y llenos de vida.
Desde que Duber tenía 6 años, está inmerso en un mundo de cantinas, música y arte.

Después de muchos años de circo, cantinas, música y caballos al lado de su padre, decidió como él mismo lo denomina: “Volverse solista”, y gracias a la influencia de la fantástica década del rock y la bohemia de los años noventa, emprendió la difícil tarea de crear su propio bar en Girardota. Pero no podía ser un bar cualquiera, no podía ser un espacio donde se organizan unas mesas y se sirven unas bebidas, no, debía ser un lugar lleno de él, de sus experiencias, de sus creencias, de su niñez.
En esos años en los que los amigos se encuentran y no por casualidad, sino por afinidad y con la influencia a flor de piel del Rock argentino de Fito Paez y Calamaro, del rock local de Bajo Tierra y Ekhymosis y de la literatura que rondaba a su alrededor, nació “Debluss”, con todos los componentes que su mente había soñado, de una manera u otra, durante mucho tiempo, un lugar al que a las personas les gustara ir, en donde pudieras encontrar expresiones artísticas diversas, donde pudieras crear cultura y fomentarla, un espacio que le ofrecía a la gente que lo visitaba, lo mismo que algún día quiso que le ofrecieran a él, un bar lleno de arte, cariño y pasión y, sobre todo, muchísima ilusión.
La dinámica de “Debluss” consiste en mantener una actitud de constante búsqueda artística para poder ofrecer a su público, propuestas que les sorprendan y que estimulen y contribuyan a abrir nuevas vías de conocimiento cultural y de paso, fomentar y promover las diferentes propuestas culturales locales y de cualquier parte del mundo que llegan, y aquéllas fruto de su propia inspiración.
Y aún hay más…
Pero Duber, inquieto y curioso, no quería quedarse sólo ahí, quería que ese conocimiento cultural y esa experiencia en el arte que había recopilado en muchos años y al lado de muchos de sus mejores amigos, creó una corporación con el mismo nombre, cuya función era llevar cultura y arte a todos los rincones de Girardota.
De esta iniciativa, nacieron proyectos tan importantes, que aún reposan en las mentes de los Girardotanos, que lo reconocen como un Gestor Cultural de mucha importancia en la historia local, pues desde su corporación hizo que muchos de sus vecinos del área rural y urbana, disfrutaran de Concursos de cuentos, de cartas de amor, cines al campo, exposiciones, leyendas urbanas…y un sinnúmero de actividades culturales que buscaban que lo habitantes de Girardota aprendieran a expresar sus emociones, que comprendieran el mundo, que mejoraran su concepción del valor del arte, que transmitieran sensaciones, que incrementaran su capacidad crítica y que estimularan su creatividad por medio del arte.
Recomendación…
Así es que, para concluir, Debluss es la receta perfecta, es un lugar de encuentro, lleno de historia, donde pueden disfrutar de conciertos, exposiciones, literatura, compañía, amores, desamores, alegrías y tristezas, sueños e ilusiones, y como dice el gran Fito Páez, en este bar encontrarás: “Todas las mañanas que viví, todas las calles donde me escondí, el encantamiento de un amor, el sacrificio de mis padres, los zapatos de charol, los domingos en el club.
Mejor, Los fines de semana, son de Debluss”.