A cuantos de nosotros nos han llegado mensajes por Whatssap de nuestros amigos, familiares o vecinos, en donde nos ofrecen una variedad de productos que ellos mismos fabrican y muchas veces, ni los miramos.
La realidad en Colombia, es que es cada vez más común las ideas emprendedoras de las personas, pero cada vez menos garantizadas para conseguir el éxito.
Según la revista Portafolio: “Se considera que 9 de cada 10 empresas que constituyen ese 95 por ciento conformado por pequeñas empresas, por PYMEs, tendería a no sobrevivir luego del séptimo año de operaciones. Como se sabe, las empresas en la medida que son grandes pueden llegar a establecer precios –ser “price makers”- a depender más de los niveles de solvencia que tienen, es decir de capital fijo, y con ello poder solventar los problemas de liquidez que pueden presentarse. Las grandes empresas tienden a tener posiciones dominantes de mercado y a poder acudir al sistema bancario tradicional a efecto de resolver problemas de índole coyuntural”.
Detrás de estos negocios, existen préstamos de dinero que hay que pagar, noches en vela, esperanzas y unas necesidades básicas que se deben suplir.
En esta época de crisis por la que estamos atravesando, ya las ideas innovadoras no solo existen por ese empuje y creatividad de las personas que tienen características emprendedoras, no, ahora también nos enfrentamos a la realidad de ver nacimientos de nuevos negocios, como respuesta a la falta de empleo formal.
Son cada vez más las personas que toman el emprendimiento como única forma de sustento. Soy una convencida de que la mejor manera de ayudar a alguien, es comprando lo que produce, detrás de estos negocios, existen préstamos de dinero que hay que pagar, noches en vela, esperanzas y unas necesidades básicas que se deben suplir.
Que sean bienvenidos a tus redes, las personas que se inventan nuevas formas de tapabocas, con figuras, con colores, con texturas, o las que cada semana te deleitan con recetas culinarias deliciosas y creativas, o aquellos que se ofrecen a hacer tus diligencias médicas, laborales o financieras, y la que te vende anchetas llenas de color para cada ocasión, muchas son las ideas, muchos son los sueños que están detrás de estas ofertas.
Por eso cuando alguien te ofrezca sus productos, no lo ignores, y si no tienes los recursos para comprarlos, al menos, comparte esta información con otras personas, recomiéndalo, dile que te parecen geniales, apóyalo, que esos detalles pueden llenar de ánimo a un emprendedor que apenas está comenzando.
