Históricamente el paisaje, ha sido inherente a la existencia, desarrollo, evolución y permanencia de los humanos, en sus entornos. Paisaje que está compuesto por la interconexión e interrelación de los elementos físicos, químicos, biológicos edáficos, geomórficos-por mencionar algunos. En este contexto, los árboles son elementos fundamentales y estructurantes del paisaje sano, que no sólo transmite y genera vida per se, sino que además actúa como facilitador de la génesis y permanencia de muchas formas de vida en la tierra.
Algunas de las funciones de los árboles, en los ecosistemas ecológicos y sociales: abastecimiento de agua, energía, alimentos, purificación del aire y del agua, detoxificación de basuras, contribución al equilibrio de la composición atmosférica
Algunas de las funciones de los árboles, en los ecosistemas ecológicos y sociales: abastecimiento de agua, energía, alimentos, purificación del aire y del agua, detoxificación de basuras, contribución al equilibrio de la composición atmosférica, polinización de cultivos y vegetación nativa, soporte de la diversidad cultural humana, dispersión de semillas y translocación de nutrientes, control de deslizamientos e inundaciones, retención hidrológica, reguladores del clima, conservación de la diversidad, productores de oxígeno, sumideros de carbono; en fin, son las células basales del equilibrio de los ecosistemas- entre otros beneficios (Márquez, 2007).
El reconocimiento de la importancia de la existencia de los árboles, para el buen desarrollo y la sostenibilidad de la vida, y el interés de contribuir a la solución de la problemática ambiental, ante el lamentable estado de deforestación que actualmente ostenta nuestro Departamento 176.950 Ha en menos de una década- ocupando el primer lugar a nivel Nacional
Por tal motivo, en Girardota se han venido realizando estrategias de forestación que aporten soluciones sistémicas, cuyos resultados sobrepasan el beneficio municipal incluyendo otros territorios. Es así, como desde el gobierno local en el plan de desarrollo se ha apostado por la recuperación de la cobertura vegetal, para rehabilitar y restaurar las vastas extensiones deforestadas en nuestro Municipio; igualmente la protección al recurso hídrico; adquiriendo predios con nacimientos de agua, y cuya ubicación, los connota como predios constitutivos de EE (Ecosistemas estratégicos). La acción de sembrar árboles –aparentemente simple- tiene un fondo vital, cargado de todo un sentido primigenio de protección y conservación de la vida; es una actitud, un hábito, que deberíamos adoptar aquellos, a quienes nos duele el medio ambiente, para empezar a pagar una deuda ecológica, que hace rato pasa la línea de la sostenibilidad y la capacidad de carga de nuestro planeta. Es posible que no sea suficiente, pero ¿Qué es suficiente? ¿Acaso la protección del medio ambiente no necesita la articulación de múltiples métodos y además una cultura ciudadana para mayor efectividad de la protección del mismo?
Paralelo a la recuperación de la cobertura vegetal, el actual Plan de desarrollo Municipal, contempla el proyecto (Formulación del SIGAM) que es el sistema de gestión ambiental Municipal y éste incluye los componentes Agua, aire, suelo. En el componente aire, se adelanta una propuesta que permite el análisis de partículas de PM 2.5, presentes en el aire Municipal. En esta misma línea de contaminación atmosférica, se adoptó el acuerdo metropolitano del Plan operacional, para episodios críticos de la calidad de aire (incluye restricciones a fuentes fijas y fuentes móviles, es decir al parque automotor y a las empresas), éste ha sido construido con la participación de los 10 territorios integrados del área; y en el caso de Girardota ha incorporado sugerencias de la ciudadanía, de hecho en Twitter se sometió a la opinión pública, y se incluyeron apreciaciones consolidadas en la red.
La ausencia de árboles, representa una fragmentación importante en los ecosistemas ecológicos y sociales, tanto que afecta, la economía y el modus vivendi de las poblaciones; por ejemplo en India, debido a la deforestación, el flujo de agua, por las laderas es menor, porque ya no tiene árboles que protejan al suelo de lluvias intensas, haciendo mayor la erosión; el agua de riego contiene grandes sedimentos que tapa los canales de riego. Esta disminución en la cantidad y calidad del agua, reduce la producción de alimentos y el resultado es mala salud y desnutrición en la población. Esta cadena de efectos, que involucra el crecimiento demográfico humano, la escasez de alimentos y la disminución de su producción, es un círculo vicioso del que es difícil escapar. En este momento tratar de obstaculizar con argumentos falaces un proceso de siembra en el municipio es un adefesio.
Ricardo Callejas Posada- dirá que “un árbol, no es sólo un objeto inerme que libera oxígeno, un árbol es un ensayo de millones de años, en un perfecto equilibrio consigo mismo, es una maravilla única en el universo; buscar lo que somos por fuera de la naturaleza, es una aventura sin un final feliz, es un fallido intento de encontrar en lo intangible, lo que a nuestros ojos es tangible, y que nosotros, por una muy curiosa razón persistimos en ignorar”.
Pensar en la protección del medio ambiente en la sociedad del riesgo debe hacerse desde todos los lugares posibles sin desdeñar de ninguno de los métodos existentes, para frenar la catástrofe ambiental que la industria nos está dejando. No obstante el fundamentalismo político de derecha (tipo el ejercido por Trump con la negación del cambio climático) nos lleva a la banalización de ciertas acciones como es la siembra de árboles en el municipio de Girardota. Decir que Girardota es un municipio contaminado es descubrir lo obvio, usar palabras vacías de sentido es fácil en la sociedad del conocimiento, pero llevar a cabo manifestaciones políticas que propendan por el cambio es realmente complicado.
El populismo es algo que genera réditos políticos, por ejemplo la gente cree que la pena de muerte y la cadena perpetua acabará el crimen y ciertos delitos atroces, algo que la academia ha negado categóricamente. La gente quiere escuchar que no les van a subir impuestos, que tendrán todos sus derechos garantizados de manera gratuita sin retribuirle nada al Estado y el político oportunista se los dice y la gente se lo cree.
Es fácil ser un vulgar populista en un país con una educación precaria como la colombiana. Pero untarse de pueblo, ir dónde la gente y movilizarla, es otro asunto. ¿Queremos que Girardota no sea un pueblo contaminado? Pues marchemos, cerremos las fábricas, movilicemos medios de comunicación, hagamos acciones populares que movilicen masas, pongamos en jaque estas empresas depredadoras del medio ambiente, pero ¿Cuál es la propuesta para no dejar sin empleo las miles de personas que están en esas fábricas de contaminación? ¿como compensar las pérdidas tributarias?. La pequeña burguesía girardotana hace parte de ese segmento que cree en la democracia pero sin el pueblo, sin la plebe. Fácil criticar la siembra de árboles y la conservación de ecosistemas, pero también fácil criticar si se talan los árboles.
Ese hábito facilista de protestar por las redes es sencillo, lo hace cualquier persona con un mínimo de alfabetismo, pero crear el hecho político es dispendioso, es un proceso LARGO, complicado y hasta peligroso, de allí que tomar un programa político como un fetiche (laboratorio de paz) y criticarlo desde la pasión más que desde la razón es igualmente fácil. Soy de los que cree que es mejor poco que nada, que un municipio con la contaminación que tiene debe buscar aminorar los daños ocasionados por ésta; hay que hacer uso de todos los medios posibles, y empezar a crear conciencia ambiental, cultura ciudadana para que desde los niños hasta los ancianos respeten el medo ambiente y lo hagan respetar al exigir como ciudadanos que «muevan las industrias». Mientras tanto sembrar árboles puede ser un primer paso en un interminable camino de este mundo ecologicida.
Aquello que hace parte de nuestra historia y define la misma, es algo entrañable y condición sin equa non para el desarrollo y sustentabilidad de la vida; discutir si se siembra o no un árbol, es más que bizantino, ¡vergonzoso! Ojalá la alcaldía de Girardota no cese de sembrar árboles, ojalá sean muchos los que siembren, que sean más de cien mil en estos tres años que faltan, ojalá podamos convertir este municipio en un municipio boscoso. Si sacar estas empresas contaminantes es casi “imposible”, podemos promover en la clase política que haya un pacto para que desde los distintos partidos que lleguen al gobierno local, impidan a futuro el asentamiento de nuevas empresas contaminantes.
