Cuando se menciona el periodismo en Antioquia, el nombre de Roger Vélez surge de inmediato en la mente. Este experimentado periodista cuenta con una trayectoria impecable desempeñando roles de periodista, editor, director y opinador. No es en absoluto una exageración considerarlo como un volteriano, un libre pensador que defiende la democracia de manera intransigente.
En un momento en que las fricciones, la división y la violencia, tanto física como simbólica, son lamentablemente comunes en esta contienda política, y donde los periodistas parecen haberse convertido en meros propagandistas asalariados, Vélez representa la voz de la sensatez y la ponderación.
A través de TikTok y otras redes sociales, Vélez comparte sus reflexiones sobre esta contienda política, donde se hace evidente su descontento ante la inusual atmósfera de la campaña. Ha destacado cómo los insultos y las denuncias han eclipsado la profundidad del discurso, priorizando la vulgaridad sobre la palabra bien fundamentada. Vélez ha llamado a la calma y a la sensatez en medio de este clima político turbulento.
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En cuanto a las encuestas, ha expresado su escepticismo y ha reflexionado sobre la proliferación de encuestas que carecen de un método uniforme que inspire confianza en los votantes. Al contrario, estas encuestas parecen convertirse en un arma política utilizada para destacar en las clasificaciones, dando la impresión de que son financiadas por las mismas campañas.
Roger Vélez
Roger ha compartido mensajes como «La gente de bien no se deja llevar por mensajes tóxicos, aunque generen ventajas políticas y ayuden a ganar elecciones». También ha enfatizado la importancia de votar con la razón en lugar de la emoción, haciendo referencia implícita a teóricos de la democracia como Downs y Habermas.
Otra de sus reflexiones gira en torno a la idea de que «quien posee cultura política y ciudadana no se deja engañar por la vileza de aquellos que hacen política con odio», señalando cómo el odio es un sentimiento que prevalece y se explota con facilidad en la política.
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En resumen, Vélez refresca el panorama político, que a menudo se siente como un lodazal, donde todos los participantes están manchados y enzarzados en conflictos. Este ciclo de violencia al que se adhieren elementos culturales y simbólicos representa un círculo vicioso de odio, mentira y verdades a medias. Roger Vélez se ha convertido en una figura respetada en el medio, tanto por su autoridad profesional como por su integridad moral. Escucharlo es una invitación a la reflexión, no solo para los periodistas, sino también para los activistas políticos.
En última instancia, si realizáramos una profunda hermenéutica de sus ideas, encontraríamos una preocupación profunda por el futuro de la actividad política y la degradación de la acción en detrimento de la cultura ciudadana y política, valores que deberían prevalecer en sociedades civilizadas. En última instancia, Roger Vélez bien podría ser un hombre que, al igual que el maestro de escuela de Fernando González, sea un sea un gran hombre incomprendido.