Apareció detrás de mí
una nota musical perfecta, armónica,
con diversos colores y un aroma a Blues.
Sus ojos cafés hablaban y los míos
intentaban no derrumbarse… ante tales estrofas.
No sé si eran los nervios o las mariposas,
pero sentí placer en mis negras venas.
Llovieron hojas
y el viento iba al compás
de su silueta,
teñida por pétalos de amapola.
No anduvimos, simplemente, volamos
hasta el anochecer.
No nos besamos, realmente,
dejamos marcadas las huellas de nuestros labios.
Ya no cuento los segundos para verla,
porque los fenómenos naturales
son cuando el universo estime.
JGG