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Los hermanos Alzate

Una mezcla de talento, emprendimiento y diversión.

Una mezcla de talento, emprendimiento y diversión

Qué fácil era divertirse en otrora, no se necesitaban celulares, ni tablets, ni tecnología, ni videojuegos, sólo se le daba rienda suelta a la creatividad y a la imaginación. Los lazos vecindales y familiares eran muy importantes, la palabra empeñada tenía valor, los niños obedecían y respetaban a sus padres, las actividades comunitarias y barriales eran el comienzo de las transformaciones más trascendentales.

Fue así, como en Girardota en 1957, cinco hermanos de apellido Alzate entre los cinco y ocho años de edad, sin saberlo, pues ellos solo se estaban divirtiendo, se convirtieron en uno de los proyectos musicales más relevantes del municipio.

Todo comenzó cuando Orlando, Rodrigo, Osler y Dayron viajaron con su padre Pedro Luis Alzate a Barbosa, en tren.

Cuando los hermanos Alzate observaron que el tren hacía una parada en una estación llamada Hatillo – Barbosa y se quedaba parqueado por un buen rato, esperando pasajeros y esta espera generaba un poco de tedio entre los viajeros, ellos decidieron con el apoyo de su padre, deleitar y entretener con su música a los pasajeros.  El tren tenía una banca de madera en mitad del vagón, los hermanitos se ubicaron ahí, afinaron sus instrumentos musicales y comenzaron a cantar. Un viajante llamado Nemesio, se quitó su sombreo y comenzó a recoger monedas sin que ellos se percataran del hecho. Al final cuando llegaron a Barbosa, Nemesio le metió los dieciocho pesos en monedas a Dayron por la boca del tiple. Luego de esta experiencia, tocaron en billares, fondas y cantinas.

Un día Nemesio le propuso al señor Pedro Luis, llevar a los hermanos a Medellín, los chicos emocionados disfrutaban como nunca de estos viajes llenos de aventura, lugares desconocidos y personas extrañas para conocer. Cada actividad era como un reto para ellos, se presentaban en los bajos de Fabricato, en el Teatro Junín, en la Av. Colombia. En una de esas tardes cuando ellos estaban tocando en las afueras del Banco de Bogotá y una multitud coreaba y aplaudía sus canciones, los chicos Alzate notaron que el público comenzó a mirar para arriba, ellos desconcentrados y sin entender que pasaba decidieron mirar también, lo que sucedía era que de una oficina ubicada en la parte mas alta del edificio Miguel de Aguinaga, unos ejecutivos enrollaron un billete de cinco pesos con una piola y lo fueron bajando poco a poco hasta que llegó a su destino, cuando uno de los hermanos lo recogió, las personas que estaban en el público aplaudieron.

En otra ocasión, se encontraban rodeados de mucha gente y de la multitud salió una mujer muy elegante y les entregó un billete de un peso, acto seguido, les hizo la petición de que tocaran “Palo Bonito”, ellos emocionados entonaron la canción. Cuando la terminaron, unos de los hermanitos Alzate se acercó a la señora y le pregunto qué si le había gustado la canción, ella sonrió y le respondió: “Sí, también estaba muy linda, pero la que yo había pedido era Farolito”.

La alegría y el talento de los hermanos Alzate, era tal, que contagiaron a todo el país, y en especial a Girardota, su tierra natal.

Eran muchas las anécdotas y a medida que pasaban los días, los hermanos Alzate comenzaban a ser reconocidos en toda la ciudad.

Cierto día, después de una de sus presentaciones se les acercó un señor y les pregunto: “¿Quién es el tutor de este grupo?”, los niños señalaron hacía el frente donde estaba parado su padre Pedro Luis y le contestaron: “Es ese señor de cachaco”. Luego de la reunión del misterioso hombre y su padre, los Alzate se enteraron que ya tenían un contrato para presentarse en una gira nacional con la “Compañía artística Mantequilla”, y el señor misterioso era el dueño de la firma.

¡Ahora sí! Comenzaba la aventura, lo que habían hecho antes era poco, para lo que se venía, ciudades, puertos, ferias, conciertos, más de noventa días recorriendo el país. Mientras tanto, su madre Bertha Inés los extrañaba, les enviaba tele gramas pero cuando llegaban a su destino, sus hijos ya habían partido.

Fue así, como en esta aventura y luego de muchas presentaciones. El 01 de mayo de 1963, los hermanos Alzate ganaron un concurso en la Media Torta, donde el jurado eran los famosos Garzón y Collazos. De ahí en adelante, fueron teloneros del famoso dúo.

La alegría y el talento de los hermanos Alzate, era tal, que contagiaron a todo el país, y en especial a Girardota, su tierra natal. En una ocasión, los Alzate se presentaban en “La Bagatela”, su padre Pedro Luis, destinó dos carros “escalera” para llevar a sus vecinos hasta el barrio Villa hermosa de Medellín, donde vivía un familiar que tenía televisor. (Cabe recordar que en ese tiempo no había llegado aún la electricidad en Girardota), todos los vecinos animados, emprendieron el viaje, dispuestos a disfrutar de la ciudad y a divertirse con la música de sus vecinos famosos. Ese día, cancelaron el programa y lo aplazaron para ocho días después, ignorando, el esfuerzo que tenían que hacer algunos para poder ver un programa de televisión.

Los Alzate, que contaban con contactos importantes que adquirían día a día, lograron estudiar en el prestigioso colegio Bogotano San Juan de Dios, por una beca otorgada gracias a la gestión de un sacerdote llamado Gabriel Rojas, que decidió apadrinarlos y acompañarlos en su proceso de formación.

Luego de un tiempo, los hermanos Alzate tuvieron la fortuna de presentarse en los programas matutinos más relevantes de la televisión, fueron invitados de honor de Gloria Valencia de Castaño en su programa Ponque Ramo, del que muchos recuerdan su estribillo:

“Feliz cumpleaños amiguitos…. Les desea Ponque Ramo…”

Acompañaron a Pacheco en el famoso Animalandia, fueron entrevistados también por Rebeca López y trabajaron con Carlos Muñoz. Ni toda esta fama y reconocimiento, evitaba que los hermanitos descuidaran sus estudios y mucho menos los hermosos momentos que compartían con sus familias los sábados, cuando se reunían y compartían historias con sus vecinos.

Luego de algún tiempo, los hermanos Alzate se convirtieron en los famosos e inolvidables “Brothers”, grupo musical que acompañó las tardes de todos los habitantes de Girardota en el Juven Club, lugar donde tocaron por más de 40 años y en donde recuerdan haber estado a las 4:00 p.m. Animando con sus canciones, mientras toda la población esperaba ver por televisión la llegada del hombre a la luna en 1969.

Por eso, para contar la historia musical y cultural de Girardota, debemos empezar por conocer la historia de estos hermanos, qué gracias a su talento y a sus valores familiares de unión y trabajo, pudieron llegar a deleitar a todo un país, sin olvidarse nunca de dónde venían, de cuáles eran sus raíces, del lugar en el que los esperaban sus amores, mientras ellos hacían historia.

Los Alzate le deben mucho a Girardota y Girardota le debe mucho a los Alzate, es una estrecha relación de amor correspondido, una relación en torno a la cultura, en la que ninguno hubiera perdido y qué por respeto al arte y a nuestras raíces, debemos conocer las historias que nos han unido.

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<H2><a href="https://www.antioquiacritica.com/author/buritica/" target="_self">Marcela Buriticá</a></H2>

Marcela Buriticá

Periodista- Especialista en Comunicación Política Soy una mujer comprometida con los procesos sociales para lograr el proceso material, intelectual y cultural de nuestra sociedad. Edilesa de la comuna 16
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