La cuestión es ponerse en los zapatos del “otro”. Hemos estado escuchando relatos de personas que se han visto afectadas en su salud por el estrés cotidiano, cada día son más los que tienen que sobrellevar enfermedades causadas por el estrés.
Mi invitación con esta crónica es a que por una vez en la vida, nos pongamos en los “zapatos del otro”. No más “frases de cajón”, no más recomendaciones inútiles, no más consejos insulsos, no más palabras huecas.
Cuando alguien se acerque a ustedes y puedan observar que está sobrellevando una situación difícil o que está afectada por el estrés, ayúdenla, apóyenla.
Estrés
El estrés es tan dañino y tan perjudicial, como cualquier enfermedad conocida y puede provocar sentimientos de temor, enojo, tristeza, preocupación, entumecimiento o frustración, cambios en el apetito, los niveles de energía, deseos e intereses, dificultad para concentrarse y tomar decisiones, dificultad para dormir o pesadillas, reacciones físicas como dolores de cabeza, dolores corporales, problemas estomacales y sarpullido, agravamiento de problemas de salud crónicos, agravamiento de problemas de salud mental.
La cuestión es ponerse en los zapatos del “otro”
Si tenemos en cuenta que aunque cada uno reaccionamos de modo distinto a situaciones estresantes, los que tiene estrés o están padeciendo alguna enfermedad de salud mental, no escogieron vivir así, no es una situación que disminuya por que le dicen frases tan frustrantes e indolentes como:
¡Pero usted es muy débil!, ¿Por eso está llorando?, ¡No se ponga así!, ¡Piense que hay otras personas en peores situaciones!, ¡No sea mal agradecido!, ¡Párese de esa cama!, ¡Deje la pereza!
Salud mental
La salud mental incluye nuestro bienestar emocional, psicológico y social. Afecta la forma en que pensamos, sentimos y actuamos cuando enfrentamos la vida. También ayuda a determinar cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con los demás y tomamos decisiones, por eso, padecer de estrés no es una decisión que se toma, uno no se levanta un día y decide “Sufrir de estrés”, son situaciones que no se pueden controlar, que angustian.
Por eso la invitación es a entender que lo que angustia a otros, puede no angustiarte a ti, que la manera en que a los otros los afectan las situaciones, puede no ser de la misma manera que te afectan a ti, no podemos seguir minimizando ni descalificando los problemas de los demás, ni comparando las reacciones de unos y otros.
Somos diferentes
Todos somos diferentes, todos manejamos el estrés de forma distinta, sé empático, no juzgues, no descalifiques…Te aseguro que si estuvieras en una situación similar, te encantaría contar con el apoyo de los demás, lo que menos necesita una persona en ese estado, es que la juzguen o la discriminen.
Quiénes somos nosotros para decirle a alguien cómo debe afrontar la vida, quiénes somos nosotros para obligar a alguien a ser fuerte, quienes somos nosotros para decidir por alguien…Póngase en los zapatos del otro, al menos una vez.