El tiempo como agencia de significado y orden de la cotidianidad, desde siempre, la humanidad ha necesitado la medición del tiempo para vivir en él o ser él.
En un principio a través de los fenómenos naturales como el movimiento del sol y la aparición de la luna y posteriormente a través de la creación de mecanismos o tecnologías, con el objetivo de hacerlo más exacto.
Ordenamiento
Pero esta medición no sólo implicó un ordenamiento del tiempo mismo, del tiempo vivido y de las formas de vivir de la humanidad sino también un control sobre ambos (el tiempo y la vida).
Tautologías: el tiempo del tiempo, la historia de la historia, que no es otra cosa que la historia del tiempo contada.
Así mismo, a través de la historia del mecanismo que mejor lo ha medido, el reloj.
En la antigüedad se conocieron varios tipos y formas de relojes, es decir, varios tipos y formas de acceder al tiempo.
El tiempo como agencia de significado
Reloj mecánico
Posteriormente, los primeros relojes mecánicos funcionaban gracias a grandes pesos que ejercían una presión sobre una manivela, haciéndola girar.
Sin embargo, se consideraba que no eran lo suficientemente exactos, reflejo de la progresiva obsesión humana por la exactitud de la medición de su tiempo, que implicaba a fin de cuentas, el control de éste.
Cotidianidad
Hoy, la mayoría de las actividades del ser humano están regidas por la medición del tiempo, no tanto por el tiempo mismo, porque este, sin ser medido-entendido-controlado aparece como una entidad inaccesible, ambigua.
La medida del tiempo no sólo es importante como marcador de formas de vivir en él a través de la organización del espacio, de los hábitos, tareas y el orden de lo cotidiano.
Sino también como herramienta para entender los sucesos o eventos humanos convertidos en historias o relatos.
La medición del tiempo en la narrativa puede sustentar una idea al ubicarla temporalmente en un contexto, puede dar coherencia a una secuencia de pensamientos o bien, brindarle historicidad a un argumento.