En el video atacaba a Ángela Robledo por haber dicho que la mafia había dejado un legado de sicariato en Antioquia, frente a lo que este muchacho se enoja y sale a ocultar lo inocultable, es decir, que en Medellín la violencia se nos volvió una institución y que Pablo Escobar le hizo un daño brutal a esta sociedad pues en la década de los ochenta e inicio de los noventa enculturó a los jóvenes de nuestra ciudad en una cultura de la muerte que se nos ha vuelto cíclica e incontrolable.
El problema de Colombia son los colombianos, que vivimos resentidos, que nos despreciamos los unos a los otros, intolerantes cavernícolas que gracias a pablo escobar y el narcotráfico creemos que todo se resuelve a balas.
El señor concejal desconoce que en la ciudad hay mas de 300 grupos armados -según Fernando Quijano-, dice que Medellín es una ciudad de paz, que es falso lo de los sicarios, y que acá todos somos buenos. Quizás la mayoría somos buenos, pero ¿es que el candidato no ve las noticias? ¿es estúpido? O ¿solo se aprovecha de una cantidad de gente que no lee y que se enojan hasta porque le dicen heterosexual al senador Álvaro Uribe? Seguramente todas las anteriores.
Los que más llama la atención de esa indignación estratégica es que dice que la señora Ángela Robledo es una persona no grata para Antioquia. Primero él no es el dueño de Antioquia para decir que alguien no es grato y segundo que peligro andar diciendo en esta ciudad que alguien no es grato, como si no hubiera tanto sicario con iniciativa que se deja llevar por este tipo de intervenciones inocuas.
La gente que habla del Odio, odia a alguien, detesta a alguien, se refiere a los demás en términos desobligantes, dicen que Petro tiene un discurso de odio, pero no lo bajan de terrorista, guerrillero etc. Lo mismo pasa con algunos sectores de la izquierda, que en la palabra se habla de la paz, pero se le desea la muerte a Uribe y Fabián Sanabria en estos días le desea al fiscal general que le dé un cáncer.
El problema de Colombia son los colombianos, que vivimos resentidos, que nos despreciamos los unos a los otros, intolerantes cavernícolas que gracias a Pablo Escobar y el narcotráfico creemos que todo se resuelve a balas.