“Estamos muy contentos con esta iniciativa porque todo lo que se haga en beneficio del medio ambiente es importante para nosotros. Además, desde que la compostera fue instalada en el parque, le están prestando más atención a la vegetación”, afirmó Bernardo Antonio Toro, vecino del Parque del Ajedrez, en Santa Mónica.
En la apuesta de Ecociudad, la Alcaldía de Medellín, a través Daniel Quintero, jefe de la administración municipal, puso en marcha un proyecto en 20 parques de la ciudad para aplicar en ellos nuevas técnicas para protegerlos ambientalmente. Se trata del compostaje, proceso natural que consiste en aprovechar los residuos vegetales desprendidos del mantenimiento de zonas verdes, como hojas secas y pasto, para darles tratamiento y obtener de ellos fertilizantes para el abono de árboles y jardines.
Para poner en funcionamiento este mecanismo, la Administración Municipal hizo una inversión de $50 millones de pesos. Algunos de los parques son: Manzanares, en Guayabal; Malibú, en Belén; El Ajedrez, en Santa Mónica; Las Cometas, en el Doce de Octubre; El Limonar, en San Antonio de Prado; el de La Milagrosa y Parque Biblioteca San Javier.
En cada uno se instaló una compostera con capacidad para recibir mensualmente 5.4 metros cúbicos de residuos. Allí se hace un proceso de fermentación que permite una mayor concentración de nutrientes y que es amigable con el medio ambiente ya que evita la evaporación y generación de gases como metano y dióxido de carbono.
El material que se cosecha es abono más rico en potasio, fosforo, nitrógeno y magnesio, lo que lo hace más efectivo en comparación con otros fertilizantes químicos.
Las composteras son operadas por jardineros expertos con el apoyo de los ciudadanos. Otro valor agregado es que en la parte superior de cada una fueron sembradas especies como orégano, albahaca y manzanilla que, además de ser de uso cotidiano para la comunidad, ayudan a proteger las cajas.
Recuerde los beneficios del reciclaje de material orgánico: Ahorro de energía, ahorro de recursos; el hecho de que las otras fracciones -papel, vidrio, plásticos y metales- no contengan materia orgánica (que se degrada con facilidad) ayuda a mejorar su reciclado, tanto en cantidad como en calidad o eficiencia; mejora la calidad del aire y el agua reduciendo su contaminación; mejora de la calidad de los suelos; disminución de la emisión de gases de efecto invernadero; descenso de los residuos destinados a vertedero o incineradora.